Calabozos y Dragones: de la mesa al cine

Seguramente Mike, Will, Dustin y Lucas despertaron nuestra curiosidad por el juego de mesa que jugaban al inicio de la primera temporada de Stranger Things. Quizá el personaje de Eddie Munson y el Hellfire Club, en la última temporada del programa, nos llevaron a interesamos más en ese juego de imaginación y dados raros llamado Calabozos y Dragones, Dungeons & Dragons o D&D. Ahora se asoma una película basada en ese juego y promete traer más atención a esta inusual actividad que los conocedores llaman “juego de rol”. Pero ¿qué es Dungeons & Dragons realmente? ¿cómo se juega? ¿desde hace cuánto que existe? y ¿por qué parece tan misterioso como fascinante?

Basado en el imaginario que sembró la fantasía de El señor de los anillos, en 1974 surge Dungeons & Dragons como el primer, y hasta el momento más conocido, juego de rol. El concepto básico del juego es muy sencillo de entender: un grupo de personas asumen el papel –o rol– de personajes imaginarios en un entorno fantástico medieval. Entre todos van contando una historia por medio de las decisiones y acciones da cada uno de ellos, todo guiado por un jugador en especial que tiene el papel de director de juego, o Dungeon Master. Este último jugador no tiene un personaje específico bajo su control, porque su tarea es anteponer del escenario, el reparto de personajes secundarios y la mediación de reglas y así poner los retos y aventuras al resto del grupo.

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Desde entonces han surgido otros juegos de rol que tiene narrativas muy distintas, pero en el caso específico de Dungeons & Dragons, la idea principal es hacer de los jugadores aventureros de espada y hechicería tales como guerreros, magos, pícaros o seguidores de los dioses, explorando antiguas ruinas y mazmorras, enfrentando todo tipo de criaturas fantásticas y acumulando grandes tesoros. Sin embargo, es la experiencia misma de jugar D&D –o cualquier juego de rol– lo que engancha a sus fanáticos: las interacciones sociales, la total libertad narrativa, las ocurrencias de los participantes, la resolución de enigmas, la infinidad de posibilidades y las aventuras únicas, irrepetibles e inolvidables que acercan tanto al grupo de participantes entre ellos como lo haría cualquier evento extraordinario en la vida real.

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Foto: Dungeons & Dragons

Es esto último lo que promete ser el foco de la nueva película basada en el juego: una experiencia digerible para todo público de lo que vive cada participante cuando se reúne por horas a imaginar ser héroes (o no) en un mundo que no existe más que en la mente de la mesa de juego. Así pues, en una época llena de series y películas de fantasía épica muy bien establecidas: El hobbit, El señor de los anillos, Juego de tronos, Willow o hasta World of Warcraft, la nueva película de Calabozos y Dragones: honor entre ladrones viene con la propuesta de divertirnos, maravillarnos y sorprendernos con tropos aparentemente ya conocidos del género pero expuestos de maneras inesperadas, caóticas, absurdas e hilarantes, sin renunciar a momentos tensos, dramáticos y sumamente significativos. Tal como suele ocurrir normalmente en las mesas de juego, a decir verdad.

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De tal suerte que seguramente esta película nos invitará a pasar de espectadores a participantes de primera mano: acercándonos al juego, juntar un grupo de amigos, crear nuestros propios personajes y tirar los dados.

¿Cómo iniciar en el juego?

Lo más común y recomendable para que alguien comience sus aventuras en este juego es participar con un grupo de jugadores, cuando menos un director de juego, que ya juegue. Se trata de tener alguien que ya conoce las reglas particulares y sirva de apoyo para que los nuevos jugadores aprendan sobre la marcha.

También suelen existir “cajas de iniciación” que, como su nombre indica, tienen todo lo necesario (reglas abreviadas, personajes, dados y material adicional) para comenzar en la experiencia general del juego. Uno de estos paquetes es ideal para grupos que nunca han jugado y no tienen quién les pueda enseñar. Para aquellos que ya han jugado alguna vez, o para aquellos que –aun sin conocerlo– están convencidos de entrar de lleno, pueden adquirir manuales y suplementos de reglas adicionales (la mayoría opcionales), comenzando con el Manual del jugador y, si van a ser DMs, la guía del Dungeon Master junto con el Manual de monstruos.

Más allá de los calabozos

Como se mencionó antes, Dungeons & Dragons es uno de tantos juegos de rol que existen. El segundo juego más popular, por ejemplo, es Pathfinder: un juego que ahonda más en reglas y especificaciones de personalización para que los jugadores creen manejen exactamente el tipo de personaje que deseen dentro de entornos fantásticos medievales también, y a los directores de juego le permite profundizar mucho con mecánicas detalladas para todo tipo de circunstancias. Por otro lado, El anillo único es el juego de rol diseñado en torno a El hobbit y El señor de los anillos, aterrizando la ficción a un nivel más del estilo de J.R.R. Tolkien, donde cada aventura es trascendente en la vida de los personajes y los va cambiando.

Existen otros juegos que se distancian del género de fantasía épica medieval, como Vaesen que presenta una Europa del norte del siglo XVIII donde la vida industrial entra choca con la magia y criaturas de un mundo oculto, al más puro estilo de El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro. También existe Altered Carbon, un juego de ciencia ficción y transhumanidad basado en la novela homónima de Richard K. Morgan y en la serie de Netflix; o Caucho y Cromo, un juego presentado en un libro de apenas 64 páginas que explora un mundo postapocalíptico muy al estilo de Mad Max, en especial de Fury Road, la cuarta entrega de la saga de películas. Y estos son tan sólo una mención muy breve del sinfín de juegos de rol que pueden encontrarse.