Promised Land, es una exposición multi-sede, que se realiza hasta el 4 de diciembre en más de diez recintos de exhibición en Oaxaca capital. La serie de muestras se articula a través de las propuesta de los autores invitados quienes comparten puntos de encuentro con las premisas curatoriales, a cargo de la comisaria de arte, Elvira Dyangani Ose, actual directora del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, (MACBA) de donde es originaria.
A dichas líneas se suman el estado y la ciudad de Oaxaca, su gente, cultura, e historia como un elemento que forma parte de todo contexto del ciclo, en el presente y con un fuerte vínculo con el pasado y herencia plástica de la entidad.
Participan autores provenientes de Estados Unidos, España, Alemania, Sudán y desde luego de México, en particular del propio estado de Oaxaca, a través de una serie de exposiciones que se presentan en distintos foros de la capital, cada una de ellas con una propuesta particular, pero que giran en torno a la noción de lo que Donna Haraway, profesora estadounidense del programa de Historia de la Conciencia en la Universidad de California, llama “fabricaciones especulativas”, las cuales parten de la necesidad de generar interpretaciones, narrativas o fábulas que ofrezcan perspectivas de lo posible.
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A partir de estas “fabulaciones especulativas” el proyecto busca establecer una relación crítica y honesta con la historia, ofreciendo nueva trayectorias y generando momentos en los que tuvieron nuevos mitos de origen, nuevas experiencias. Así, la perspectiva crítica para la serie de muestras es la idea de que esa promesa incumplida o por cumplir que testimonia el extraordinario epígrafe de los murales de Diego Rivera: la armonía de un mundo civilizado está por llegar.
Durante el ciclo se presentarán dos grandes exposiciones colectivas, en el Museo de las Culturas de Oaxaca y el Jardín Etnobotánico de Oaxaca, que tienen como punto de coincidencia la ejecución de obras en el espacio público, el desarrollo de performances efímeras recurrentes y los proyectos específicos de celebración serán una parte clave de esta propuesta.
Mientras que el resto de los trabajos presentados tienen como punto de partida la necesidad de plasmar el deseo de pluralidad en el espacio abierto, para incidir en la esfera pública desde la estética, activar escenarios institucionales desde el deseo individual, con una clara voluntad colectiva.
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De este modo las instituciones culturales y el espacio público de Oaxaca capital recibirán propuestas que narran una serie de episodios aleatorios, históricos o imaginarios que se nos presentan como cotidianos, relatados como una “fabulación especulativa”.
Contrariamente a una visión de narrativa cerrada, predefinida por un formato expositivo habitual, Hacer Noche: Promised Land explora la performatividad de la fábula y su gesto. Lo cual radica tanto en la capacidad de las obras para cuestionar la posibilidad de una alternativa a nuestro presente y sus relatos, como la interregotna de que el público, como espectadores y participantes de estas experiencias, está dispuesto a asumir ese desafío.