El confinamiento durante la pandemia afecta al cuerpo más allá de lo que podamos suponer. Sedentarismo, desorden en las comidas y la falta de ejercicio provocan pérdida de masa muscular, flacidez, celulitis y acumulación de grasa.
La doctora Lorena Ramírez Piña, médico especialista en estética y longevidad, explica cómo puedes identificar esos hábitos nocivos que se pueden convertir en un problema del que cuesta trabajo deshacerse.
TE RECOMENDAMOS: “Camina entre cultura”, visita Tula de Allende
Celulitis: Aunque la buena alimentación y el ejercicio son la base para evitar cualquiera de esos síntomas, los mejores resultados para conseguir en la reducción de celulitis se observan cuando se aplican algunos tratamientos como drenaje linfático, cavitación, carboxiterapia, ozonoterapia, radiofrecuencia corporal, electrolipólisis y presoterapia, entre otros. Algunos movilizan las células grasas, otros favorecen su desintegración, mejoran la circulación sanguínea local y promueven el drenaje de los depósitos grasos al sistema linfático. Otra muy buena opción son las enzimas lipolíticas, que deben aplicarse, al menos, en seis sesiones.
Flacidez: La flacidez corporal se debe a la pérdida de colágeno y elastina. Ambas se van perdiendo poco a poco con el paso de los años, también cuentan una alimentación deficiente y un estilo de vida sedentario. Sin embargo, se puede combatir con una vida saludable y prestando atención a algunos hábitos cotidianos del día a día. Para la flacidez existen tratamientos no invasivos o mínimamente invasivos, como la intradermoterapia con ácido poliláctico, así como otras sustancias que brindan excelentes resultados desde la primera vez.
Otro de los más realizados es la radiofrecuencia, que consiste en la aplicación de radiaciones electromagnéticas que provocan el calentamiento de las diferentes capas de la piel. La tecnología que emplea este método es capaz de llegar a capas más profundas de la dermis, mientras se protege la epidermis durante el tratamiento. La radiofrecuencia produce la retracción del colágeno y de las fibras envejecidas de la piel para dar lugar a la formación de nuevas fibras.
Obesidad y acumulación de grasa: Con más de una cuarta parte de la humanidad en cuarentena, el sedentarismo y el consumo de alimentos poco nutritivos ha elevado los índices de obesidad.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2.8 millones de personas mueren cada año por esta causa. El hecho de estar varios días y semanas en casa podría ser efectivo contra el Covid-19, pero alimentará una pandemia que azota a más de 1,900 millones de adultos con sobrepeso en el mundo, según cifras de la OMS. El aislamiento social, del aumento de la hormona del cortisol que trae el miedo, la angustia, la inseguridad e incertidumbre con la mala alimentación son la combinación perfecta para subir de peso y acumular grasa.
Además de un aumento en la ingesta de agua, una dieta saludable y práctica de ejercicio, existen otro tipo de acciones para resolver este problema. Tal es el caso la hidrocavitación, cavitación, drenaje linfático, los cuales, se combinan con una consulta de nutrición y estudios de nutrición genética.