El éxito de la exposición “Un Cauduro es un Cauduro (es un Cauduro)”, abierta al público hasta el 26 de junio de 2022 en el Colegio de San Ildefonso ha alcanzado un nivel de asistencia pocas veces visto incluso antes de la llegada de la pandemia.
Observar las creaciones de Rafael Cauduro es observar la vida a través de sus ojos, cada obra es un capítulo de su historia. Es como si el lienzo en blanco fuese el contenedor de sus pensamientos donde él mismo vierte y plasma su visión, sus mentiras y verdades, sus frustraciones e incluso a su familia, que también forma parte e influye en un sinfín de las obras más relevantes del artista.
Un claro ejemplo de esto fue el nacimiento de su primogénita, Juliana Cauduro, quien hizo a Rafael Cauduro mirar la discapacidad desde una perspectiva llena de la ternura y el amor de un padre primerizo que enfrentó una paternidad especial, misma que lo inspiró a desarrollar una serie de obras bajo ese concepto, incluidas en la exhibición.
Cauduro pudo comprender la vulnerabilidad humana y a la vez su grandeza gracias a las reflexiones que le brindó esta experiencia:
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“Comprendí que el ser humano es un ser discapacitado por naturaleza y que gracias a las prótesis que hemos creado es que hemos podido sobrevivir. Por ejemplo, la ropa, que es una prótesis para la piel, ya que sin ella no podríamos soportar las inclemencias del clima, nos protege y al mismo tiempo nos uniforma y con ello hemos creado la cultura de la moda. Desafortunadamente, también existe la discapacidad humana que ofende, como la indiferencia, la discriminación, la prepotencia, el abuso, la represión desde el poder autoritario y la irresponsabilidad.
Pero en mi vida, la discapacidad llegó de una manera muy hermosa. Juliana, mi hija, me enseñó a entender la vida, la risa y el amor de una forma especial, alegró mis días con su carisma. Siempre he dicho que si no me hizo más sabio, me hizo menos bruto, y por ello en mi obra quise dignificar y proyectar que estas personas son extraordinarias.”
Como afirmó Jorge Font en su conferencia “Discapacidad: motor de la cultura”, que formó parte del ciclo de conferencias en torno a la exposición: la discapacidad siempre llega de una manera inesperada, a través de una explosión de emociones como la tristeza o la pérdida de las ilusiones, pero esto ayudó al maestro a descubrir que la realidad puede ser mejor de aquello que esperamos de ella, mejor que aquello que podemos imaginar.
Gracias a la discapacidad Cauduro descubrió la esencia del ser humano que, despojado de la soberbia al aceptar su vulnerabilidad, su fragilidad, puede dotarse de herramientas –físicas y mentales– que le ayudan a mejorar su condición en el mundo.
La serie Discapacidad tiene la intención de dignificar a aquellas personas con alguna limitación porque las deficiencias, aunque vulneren, son fortalezas y eso está plasmado en la obra del maestro.
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Cada una de las pinturas que componen la serie expone otro tipo de disfunción que no es aquella que afecta sólo al cuerpo. También expone a las personas limitadas por su visión del mundo al actuar con ambición, soberbia, abuso, indiferencia, abulia e irresponsabilidad.
El ser humano tiene dos tipos de prótesis: las que son necesarias para sustituir alguna parte del cuerpo y otras, como los zapatos, los coches, los aviones, incluso la tecnología misma, que nos permiten llevar a cabo acciones que no serían posibles únicamente con el uso del cuerpo, y de ahí nace un punto de partida hacia nuestro desarrollo y evolución como especie.
No puedes perderte esta serie y el resto de las obras que se pueden disfrutar en el Colegio de San Ildefonso hasta el 26 de junio de 2022, ubicado en la calle de Justo Sierra 16, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Las estaciones de metro más cercanas son Zócalo y Allende, a tres y cinco cuadras del museo respectivamente. También se puede llegar desde la estación de Metrobús República de Argentina.
Horarios y precios: de 11:30 a 17:00 h; miércoles a sábado $50.00 MXN. Domingo entrada libre.