Armonizar los sabores y aromas de la tierra es la manera que Las Garrafas tiene de honrar las celebraciones en las cuales el destilado de agave más puro y cristalino ocupa un sitio especial. La marca mexicana, artífice de la elegancia y el refinamiento absolutos en sus creaciones, firma un producto ensamblado con las mejores materias primas y una minuciosa atención a los detalles: Águila Coronada, tequila premium que perpetúa la tradición de homenajear criaturas cuyo simbolismo las convierte en depositarias de las propuestas que integran el portafolio de Las Garrafas.
Suave, exquisito, sofisticado: así es Águila Coronada, Custodio de la Sabiduría, que representa la agilidad, inteligencia y fuerza. Posee la habilidad de mantener en equilibrio el ecosistema que habita, pues su sagacidad, poder y determinación la coronan como gobernante del cielo.
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Procedente de la Región Valles, el agave azul que conforma la estructura de este añejo cristalino, es el espíritu de un tequila de edición limitada que ostenta una maduración de 18 meses en barrica de roble blanco americano. El resultado de tan esmerado proceso es un líquido brillante, límpido y con tenues reflejos dorados, que se aprecia diáfano y sedoso en la copa.
Muy gentil en nariz, Águila Coronada evoca aromas de agave cocido, chocolate oscuro y sutiles notas de almendras y maderas, en congruencia con un gusto untuoso y ligeramente dulce que no compromete su carácter fresco ni restringe los acordes de cacao y madera. Su gran persistencia en paladar, así como el cuidadoso ensamblaje que lo caracteriza, transforman este destilado en una declaración de principios, una obra digna de ser apreciada por su excelencia y resonancia internacional.
La sofisticación y exclusividad que permea a todas las etiquetas de Las Garrafas adquiere una connotación audaz en Águila Coronada, entrega que resalta por una personalidad visual signada por la unicidad, fruto de la colaboración con Leobardo Huerta, artista formado en el Instituto Mexicano de Estudios Técnicos / Diseño Gráfico, en la Escuela de Iniciación Artística INBA y en los talleres de grabado del Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo y del Museo José Luis Cuevas. Su trayectoria, con múltiples exhibiciones personales y colectivas, así como un talento excepcional, fueron el punto de inflexión para incentivar una colaboración que captura la alegría mística que distingue a la marca. El estuche negro, en contraste con la claridad de la bebida espirituosa, adecúa una metáfora de la oscura profundidad de las alas del águila, complementada con la brillantez de su blanco cuerpo interior.
Edición especial con sólo 100 botellas, homenaje a los 50 años de la ciudad de Cancún y a las raíces mexicanas que identifican a Las Garrafas.