La fundación Toby, liderada por Sam, está construyendo una nueva casa para más de 70 animales refugiados, pero aún no está lista para la mudanza y serán desalojados de su antiguo hogar, por lo que recaudan fondos para hacer habitable el espacio.
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Perros, gatitos, burritos y ¡hasta cabras!, forman parte de la familia en la que además de Sam, otros cinco cuidadores han volcado sus esfuerzos para que todos los habitantes tengan atención veterinaria, espacios limpios y comida adecuada en San Miguel Ajusco, en la Ciudad de México.
Al igual que los animales, Sam, Karen, Karla, Ricardo, Adriana y Jorge, narraron que con el refugio ellos también fueron rescatados, por lo que su ayuda es gratificada cada que ven a uno de sus inquilinos sanar, rehabilitarse y volver a confiar en las personas.
“Entre todos hemos logrado crear un mini paraíso para perritos y otros animalitos que en algún momento fueron invisibles, que la gente dejó abandonados, que nadie notaba, aquí tienen una vida digna, son libres hasta de hacer travesuras”, aseguró Sam, la fundadora.
El dinero que logren conseguir se utilizará para cubrir los gastos de la construcción, como materiales, mano de obra y alquiler del terreno, además deben cubrir la renta de su segundo refugio llamado “Wonka”, donde habitan otros 70 animales rescatados.
Además, deben continuar atendiendo los gastos diarios de alimento, agua y medicamento para todos los animales residentes del refugio, así como el pago de pasivos en hospitales donde han sido atendidos de emergencia.
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Para sumar fondos, los cuidadores de Toby hacen rifas para conciertos, venden alimentos, entre otras actividades de recaudación que son informadas en sus canales de comunicación.