Luego de largos meses llega el momento de aprovechar los días libres que ofrece el verano y si andas buscando plan, aquí te damos cuatro opciones para pasarla muy bien en Yucatán.
Para los aventureros: ¡zambúllete en cenotes!
¿sabías qué en Yucatán hay más de 3,000 cenotes y que no hay ningún otro lugar del mundo que tenga tantos? Así es que opciones te sobrarán.
Por ejemplo, cerca de la capital, Mérida, hay varios cenotes abiertos, cada uno de ellos es diferente, pero todos destacan por su belleza natural. Algunos son de aguas cristalinas, muchos de estos se encuentran rodeados de vegetación y vida silvestre, mientras que otros existen bajo cavernas con rocas grabadas por el paso de los años, de estalactitas y caminos de piedra.
Para los mayas, desde la antigüedad, los cenotes representan escenarios de gran importancia, pues los consideran portales al mundo de los muertos conocido como Xibalbá o inframundo; creían que este mítico lugar donde moraban los dioses, los antepasados y demás seres sobrenaturales se ubicaba en el subsuelo y bajo el agua
Te recomendamos visitar:
- Cenote Noh Mozón, Pixyah
- Cenote Kankirixché y Yaal Utzil, Abalá
- Cenotes de Homún
- Cenote Paraíso Papakal y Chunkuy, Cuzamá
- Cenote Yokdzonot, Yokdznot
- Cenote Lol Ha, Yaxunah
Muchos de los cenotes que hay en Yucatán, esconden secretos inimaginables en las profundidades de color azul maya de sus aguas. Son lugares llenos de misticismo y de magia subacuática que sólo podrás observar si te sumerges en ellos para conocerlos.
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Para gozar plenamente estos pozos vivos pregunta por los tours y asesórate con guías experimentados para que disfrutes del agasajo de nadar, snorquelear o bucear.
Viaje a los orígenes: los templos mayas de las zonas arqueológicas
Muy seguramente has escuchado sobre el formidable templo de Kukulkán, en Chichen Itzá, Yucatán. Es una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, pero una cosa es saber que existe y otra comprobar su majestuosidad.
Pero no sólo este lugar derrocha ciencia y tecnología antiguas; también lo encontramos en otros parajes de Yucatán, como las construcciones en Dzibilchaltún, en Mayapán y en el Templo de las Palomas de Uxmal: sus efectos de luces y sombras, donde los ángulos paralelos y meridianos se cruzan para obtener el efecto deseado por antiguos ingenieros, astrónomos y artistas, hacen su aparición y nos siguen maravillando.
Sólo en Yucatán se puede imaginar ese pasado glorioso. Y el turista interesado debe anotar en su viaje un vistazo a, por ejemplo, las célebres pirámides de El Adivino en Uxmal o la de Kinich Kakmó en Izamal. El estado tiene más de 80 grandes construcciones mayas y se siguen descubriendo entre la selva otras más. Adonde quiera que mires hallarás zonas arqueológicas que despierten el asombro, como en Labná, Kabáh, X’Cambó, Chacmultún… tienes para escoger, pero ten presente que estos lugares representan algo único e irrepetible.
Cultura y misticismo: los conventos
No es necesario tener un halo religioso para gozar de la experiencia de recorrer la famosa Ruta de los Conventos en Yucatán. Este trayecto se diferencia de otros en el país porque no sólo contiene un elemento de vinculación mística, sino que su riqueza es arquitectónica y es, en sí misma, un mapa de la historia del país.
La gran mayoría de los templos fueron ideados por los austeros franciscanos, que se establecieron en la península de Yucatán desde 1524. Si sales de Mérida, tempranito por la carretera 18 rumbo al oriente, la ruta puede iniciar en Acanceh, municipio donde se levanta desde el siglo XVI el templo amarillo de Nuestra Señora de la Natividad y la capilla de la Virgen de Guadalupe; el viaje puede continuar hacia Tecoh, cuyo convento de la Virgen de la Asunción fue construido sobre una pirámide maya. Luego pasa por Tekit, Mama y Teabo, cada una con antiguas parroquias, el histórico Chumayel, Maní –donde el polémico Fray Diego de Landa quemó en 1561 decenas de códices y altares–, pasa por Ticul, la “Perla del Sur” y sus templos, y ya de regreso a Mérida visita Muna, Umán, y los dos pueblos mágicos: Izamal y su convento de gigantescas dimensiones, y Valladolid, con su famoso Convento de San Bernardino de Siena. Destínale un par de días a esta ruta pues la recordarás por siempre.
Playas: una riviera esmeralda y un puerto rosado
Hay playas en Yucatán espectaculares. Si bien Puerto Progreso, con su larguísimo muelle, es muy mencionado por su cercanía a la capital yucateca –está a sólo media hora–, la realidad es que el estado tiene un litoral de casi 400 kilómetros, tapizado de poblados pintorescos y múltiples opciones: se puede caminar y nadar metros y metros mar adentro, pues sus playas son quietas y amables; también puedes andar en bici; hacer kitesurf; navegar en medio del manglar a bordo de kayaks; rentar botes para ir de pesca recreativa y, claro, descansar en una las casas de playa, depas Airbnb, marinas, hosterías y coquetos hoteles boutique.
Una recomendación para costear por la Riviera Yucatán, es seguir la ruta Celestún, Sisal, Chuburná, Puerto Progreso, Telchac, San Crisanto, Chabihau, Santa Clara y el límite de la Riviera, Dzilam de Bravo. Luego de rodear la reserva, llega a la franja costera conocida como Puerto Maya, que consta de San Felipe, y los famosos Río Lagartos y Las Coloradas, hogar de flamencos y lagunas rosadas. Y por favor, no olvides, al final del recorrido por las playas yucatecas, estar en El Cuyo, el lugar donde se unen las corrientes del Golfo de México y el mar Caribe. No vas a creer los colores del agua y la paz que hallarás en ese suculento destino.
Prepárate para un verano en Yucatán, porque esta entidad reúne muchísimas opciones, con la ventaja extra de que, decidas lo que decidas, siempre tendrás a la mano una gran gastronomía, gente alegre y uno de los lugares más seguros y bioseguros de la república.
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