Llama la atención la conservación de sus construcciones, con techos de teja marsellesa que le brindan una personalidad única. Este material llegaba al puerto como parte del lastre de las embarcaciones que venían desde Europa para comerciar con el famoso Palo de Tinte o Palo de Campeche, codiciado en el viejo continente por la calidad del colorante extraído de sus troncos.